HOMBRO CONGELADO ¿Cómo los alimentos afectan tus articulaciones?
Si bien es verdad que el hombro congelado (capsulitis adhesiva) nos presenta los síntomas clásicos de las lesiones articulares (dolor y rigidez), para su tratamiento deberíamos tomar en cuenta TODOS los factores que podrían afectar al paciente (hábitos alimenticios y estilo de vida), al menos así lo sugieren las investigaciones más recientes sobre este tema. Quiero comenzar citando un metaanálisis realizado en el 2016 que resume elementos que intervienen en el hombro congelado o capsulitis adhesiva.
En estudios de imagen explican que hay un engrosamiento substancial de la cápsula articular, de la membrana sinovial, obliteración de grasa del triángulo subaracnoideo, alteraciones de la bursa y en el líquido sinovial que rodea el tendón o porción larga del bíceps.
En los hallazgos histológicos (observación del tejido de las células y sus otros componentes) hay un aumento de la densidad de la matriz de colágeno, más población de fibroblastos y de miofibroblastos responsables de la fibrosis, aumento de sustancias inflamatorias a nivel local y aumento considerable de fibras nerviosas.
Se ha observado que hay un elevado nivel de proteínas relacionadas al crecimiento neuronal, asociado a un aumento de la vascularización, es decir, nuevas arterias y venas. (Ryan, Brown, Minns Lowe, & Lewis, 2016); en otros estudios también se ha dado mucha importancia a la presencia de este aumento celular tanto de fibroblastos como de nuevos nervios y arterias para explicar el fuerte dolor que presenta el paciente en las primeras fases de esta enfermedad (Xu, Bonar, & Murrell, 2012).
Desde los años 70 describen la alta probabilidad de tener hombro congelado en pacientes diabéticos, hace años fueron datos epidemiológicos que rebelaron que 27.5% de trastornos del hombro en pacientes con diabetes, en comparación con la tasa del 5.0% encontrada en pacientes generales (Hsu & Sheu, 2016).
Actualmente ya hay explicaciones mucho más elaboradas sobre la influencia de problemas metabólicos, mala sensibilidad a la insulina, exceso de azúcar, diabetes, patologías cardíacas, pulmonares, parkinson, desregulación o alteración del colesterol, trastornos de la tiroides, entre otras enfermedades que son un factor de riesgo en el desarrollo de las patologías crónicas, especialmente en los trastornos musculares, ligamentosos, articulares y por ello en hombro congelado (Hsu & Sheu, 2016; Huang et al., 2014; Nagy, Macfarlane, Khan, & Waseem, 2013).
Sin duda esto está relacionado a los cambios en la nutrición, sobre todo el aumento de productos procesados, el aumento de la ingesta de azúcares, de hidratos de carbono, la falta de ejercicio físico y otros muchos cambios en el estilo de vida moderno.
Todas las características locales y sistémicas explicadas en publicaciones científicas sobre el hombro congelado se podrían comprender por el efecto que tienen los productos avanzados de la glicación (AGE), que son un grupo complejo de compuestos formados por reacciones no enzimáticas entre azúcares reductores con proteínas, aminoácidos, grasas y otros componentes, muy presentes por ejemplo en la comida procesada y en los productos refinados.
Si comemos constantemente AGEs se incorporan en los tejidos (sobre todo en las moléculas que permanecen mucho tiempo nuestro cuerpo como el colágeno, el tejido neural u óseo) y activan una respuesta inflamatoria (mediada por nuestro sistema de defensa), además de una reacción oxidativa perdiendo capacidad celular para la curación, fomentando la proliferación celular y la inflamación crónica.
Quizás lo más importante es que estos productos finales (AGE) son irreversibles y que están presentes en cosas de consumo diario, como los panes (corteza tostada), cereales, galletas, cerveza, y otras cosas que estén crujientes. En general los productos calentados a altas temperaturas. Las carnes muy cocinadas aumentan sus niveles de azúcar y la transformación de sus grasas; los procesos para tostar la cebada, el café, los frutos secos, las patatas fritas y para la producción de bebidas alcohólicas también suelen ser ricos en AGE.
Se ha publicado en el 2017 un estudio donde comprueban la inmunoreactividad a los AGEs en hombro congelado, es significativamente más alta que en el hombro sano (Rim, Murrell, & Millar, 2017), esto debería llamar nuestra atención ante la necesidad de atender en estos pacientes los problemas mecánicos al mismo tiempo que mejoramos el estilo de vida, hábitos alimentarios y de actividad física.
Referencias:
- Hsu, C. L., & Sheu, W. H. H. (2016). Diabetes and shoulder disorders. Journal of Diabetes Investigation, 7(5), 649–651. https://doi.org/10.1111/jdi.12491
- Huang, S.-W., Lin, J.-W., Wang, W.-T., Wu, C.-W., Liou, T.-H., & Lin, H.-W. (2014). Hyperthyroidism is a Risk Factor for Developing Adhesive Capsulitis of the Shoulder: A Nationwide Longitudinal Population-Based Study. Scientific Reports, 4, 4183. https://doi.org/10.1038/srep04183
- Nagy, M. T., Macfarlane, R. J., Khan, Y., & Waseem, M. (2013). The frozen shoulder: myths and realities. The Open Orthopaedics Journal, 7, 352–5. https://doi.org/10.2174/1874325001307010352
- Rim, K., Murrell, G. A. C., & Millar, N. L. (2017). Europe PMC Funders Group Advanced glycation end products in idiopathic frozen shoulders, 25(6), 981–988. https://doi.org/10.1016/j.jse.2015.10.015.Advanced
- Ryan, V., Brown, H., Minns Lowe, C. J., & Lewis, J. S. (2016). The pathophysiology associated with primary (idiopathic) frozen shoulder: A systematic review. BMC Musculoskeletal Disorders, 17(1). https://doi.org/10.1186/s12891-016-1190-9
- Xu, Y., Bonar, F., & Murrell, G. A. C. (2012). Enhanced expression of neuronal proteins in idiopathic frozen shoulder. Journal of Shoulder and Elbow Surgery, 21(10), 1391–1397. https://doi.org/10.1016/j.jse.2011.08.046