Deterioro del cerebro y flora intestinal
La flora bacteriana en nuestro intestino, está relacionada con deterioro cognitivo, cambios de ánimo y con enfermedades como el Alzheimer, el Parkinson entre otras enfermedades que afectan al sistema nervioso
Una de las bacterias con frecuencia mencionada es el Helicobacter pylori, que en una población normal (una cantidad controlada dentro del estómago) puede ser beneficiosa para prevenir diarreas, alergias, entre otras cosas. Si sufre cambios o aumenta excesivamente su población, el H. Pylori podría producir una infección relacionada con cánceres gastrointestinales y enfermedades del cerebro, entre otros (Beydoun, Beydoun, Shroff, Kitner-Triolo, & Zonderman, 2013; Gale, Erickson, Brown, & Hedges, 2015; Harris & Harris, 2015; Miklossy & McGeer, 2016; Tsolaki, Kountouras, Topouzis, & Tsolaki, 2015; Wright et al., 2015)
La flora bacteriana intestinal inadecuada, tiene mucha evidencia como factor importante en enfermedades como la demencia, la depresión, el Alzheimer, el Parkinson, la dificultad para concentrarse y los cambios de ánimo, la pregunta interesante será porque nuestro microbioma está tan deteriorado que se ha convertido en un factor de riesgo que afecta a nuestro cerebro.
Sin duda la modificación de estos microbios tiene que ver con los grandes cambios en la vida moderna, el aumento del estrés, la falta de ejercicio físico entre otros directos como la utilización de conservantes, antibióticos, pesticidas, agua con cloro, y otros agentes que perjudican a las bacterias; si a esto sumamos que ingerimos alimentos industrializados que irritan el intestino, aumentará paso de sustancias a la sangre que pueden ser dañinas, que no deben pasar y que finalmente con los años de exposición, producen NEUROINFLAMACION (Alkasir, Li, Li, Jin, & Zhu, 2017)(Itzhaki et al., 2016)(Alkasir et al., 2017; Lawrence & Hyde, 2017)
Incluir una alimentación adecuada en enfermedades neurológicas está asociado con la progresión y severidad de la enfermedad, cada día cobra más relevancia la nutrición, la ingesta de Probióticos y algunos suplementos que tienen beneficios en la flora y no describen efectos secundarios negativos
Cuidar nuestro intestino colabora a la proliferación de bacterias que ayudan al ser humano y a la salud cerebral, algunos de los mecanismos por los que las bacterias beneficiosas nos protegen son: Producen vitaminas para nosotros, mejoran la digestión y absorción de nutrientes, regulan nuestro sistema de defensa y la producción de varias hormonas. Ya no se concibe la neuro – inflamación sin la alteración de la flora bacteriana y la alimentación, tanto en enfermedades como Esclerosis Multiple (inmunes), como en enfermedades neurodegenerativas. (Lawrence & Hyde, 2017) (Xu & Wang, 2016),(Houser & Tansey, 2017; Petta, Fraussen, Somers, & Kleinewietfeld, 2018; Rea, Dinan, & Cryan, 2016)
(Rea et al., 2016)
Referencias:
Alkasir, R., Li, J., Li, X., Jin, M., & Zhu, B. (2017). Human gut microbiota: the links with dementia development. Protein & Cell, 8(2), 90–102. https://doi.org/10.1007/s13238-016-0338-6
Beydoun, M. A., Beydoun, H. A., Shroff, M. R., Kitner-Triolo, M. H., & Zonderman, A. B. (2013). Helicobacter pylori seropositivity and cognitive performance among US adults: evidence from a large national survey. Psychosomatic Medicine, 75(5), 486–496. https://doi.org/10.1097/PSY.0b013e31829108c3
Gale, S. D., Erickson, L. D., Brown, B. L., & Hedges, D. W. (2015). Interaction between Helicobacter pylori and latent toxoplasmosis and demographic variables on cognitive function in young to middle-aged adults. PloS One, 10(1), e0116874. https://doi.org/10.1371/journal.pone.0116874
Harris, S. A., & Harris, E. A. (2015). Herpes Simplex Virus Type 1 and Other Pathogens are Key Causative Factors in Sporadic Alzheimer’s Disease. Journal of Alzheimer’s Disease : JAD, 48(2), 319–353. https://doi.org/10.3233/JAD-142853
Houser, M. C., & Tansey, M. G. (2017). The gut-brain axis: is intestinal inflammation a silent driver of Parkinson’s disease pathogenesis? Npj Parkinson’s Disease, 3(1), 3. https://doi.org/10.1038/s41531-016-0002-0
Itzhaki, R. F., Lathe, R., Balin, B. J., Ball, M. J., Bearer, E. L., Braak, H., … Whittum-Hudson, J. A. (2016). Microbes and Alzheimer’s Disease. Journal of Alzheimer’s Disease : JAD, 51(4), 979–984. https://doi.org/10.3233/JAD-160152
Lawrence, K., & Hyde, J. (2017). Microbiome restoration diet improves digestion, cognition and physical and emotional wellbeing. PloS One, 12(6), e0179017. https://doi.org/10.1371/journal.pone.0179017
Miklossy, J., & McGeer, P. L. (2016). Common mechanisms involved in Alzheimer’s disease and type 2 diabetes: a key role of chronic bacterial infection and inflammation. Aging, 8(4), 575–588. https://doi.org/10.18632/aging.100921
Petta, I., Fraussen, J., Somers, V., & Kleinewietfeld, M. (2018). Interrelation of Diet, Gut Microbiome, and Autoantibody Production. Frontiers in Immunology, 9, 439. https://doi.org/10.3389/fimmu.2018.00439
Rea, K., Dinan, T. G., & Cryan, J. F. (2016). The microbiome: A key regulator of stress and neuroinflammation. Neurobiology of Stress, 4, 23–33. https://doi.org/10.1016/j.ynstr.2016.03.001
Tsolaki, F., Kountouras, J., Topouzis, F., & Tsolaki, M. (2015). Helicobacter pylori infection, dementia and primary open-angle glaucoma: are they connected? BMC Ophthalmology, 15, 24. https://doi.org/10.1186/s12886-015-0006-2
Wright, C. B., Gardener, H., Dong, C., Yoshita, M., DeCarli, C., Sacco, R. L., … Elkind, M. S. V. (2015). Infectious Burden and Cognitive Decline in the Northern Manhattan Study. Journal of the American Geriatrics Society, 63(8), 1540–1545. https://doi.org/10.1111/jgs.13557
Xu, R., & Wang, Q. (2016). Towards understanding brain-gut-microbiome connections in Alzheimer’s disease. BMC Systems Biology, 10 Suppl 3, 63. https://doi.org/10.1186/s12918-016-0307-y